Es clave aprender a fundamentar nuestros precios, defender nuestras tarifas y no dejarse tentar por la dinámica informal del regateo.
Nuestros clientes y prospectos tienen que estar claros que van a recibir el valor por el dinero que están pagando o por lo que están invirtiendo.
Ser formales en este tema es esencial para cuidar a nuestros clientes y que nuestra entrega de valor sea de gama alta.
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